Paraná
F.B.C. enfrentando en la revancha a los ingleses
El
domingo siguiente se jugó la última fecha para definir el rival de Estudiantes,
con la revancha de Paraná F.B.C. y el Club Atlético de los Ferrocarriles en la
cancha de la estación ante regular concurrencia de público. (el primer partido
lo ganó Paraná 2 a
1). Las lluvias recientes habían transformado la cancha en un lodazal
resbaladizo y algo pesado.
La
expectativa para aquel encuentro era muy grande ya que se trataba de dos
fuertes y parejas formaciones y también porque los ingleses se jugaban la
última posibilidad para clasificar para la final; para ello se presentaron a
jugar muy bien entrenados y con los mejores elementos con que contaban.
La
clásica característica de los ingleses se dio nuevamente en el campo de juego,
ya que su juego metódico resaltó, su defensa jugó en forma excelente y las
adiestradas combinaciones del quinteto delantero permitieron múltiples recursos
de ataque bajo una táctica magistral.
Estas
condiciones en los ingleses eran reconocidas por toda la afición de la ciudad,
lo que hace más meritorio el desempeño de las huestes de Paraná F.B.C. que se
defendieron con guapeza en un partido que fue muy reñido y que mantuvo a la
concurrencia en continuas emociones.
Los
equipos formaron con:
Club A. de los F.F.C.C.: Inglish;
Humphreys y Clark, Talera, Leton y Best, Isaacs, Edward, Lekie, Kellerd y
Roberts.
Paraná F.B.C.: Müller; Arigós y
Blanda; Prieto, Monti y Turré, Cuadra, Onaindia, Mutio, Arengo y Calvo.
Desde un principio los defensores de
Paraná tuvieron mucho trabajo, destacándose la labor de Arigós y Blanda, como
así también la ponderable agilidad del arquero Müller. Sin embargo, un
contragolpe llevado a cabo por Cuadra no dio resultado por su contumaz
individualismo, aunque hábil y distinguido, que permitió el quite de un back
contrario. Los ingleses continuaron
cerca del arco contrario, pero allí se encontraban con Müller que estaba en una
buena tarde.
En el segundo tiempo Paraná se
insinuó más en el ataque, con certeros remates, pero contestaban los ingleses
con ataque en formación ordenada y pases admirables entre Isaacs, Robert y
Kellerd, con remates al arco que encontraban a un imbatible Máximo Müller, que
cada vez que conjuraba un ataque peligroso recibía el aplauso prolongado del
público.
Sin vencedores ni vencidos terminó
aquel partido, que le dio a Paraná F.B.C. inmejorables posibilidades para
acceder al partido final contra Estudiantes, faltándole un solo escollo frente
a Talleres – Unión[1].
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