jueves, 13 de septiembre de 2012

NOTABLE FUROR POR EL FÚTBOL EN PARANÁ


ROMUALDO ROMERO
UNO DE LOS PRIMEROS
FUTBOLISTAS DE PARANÁ
El entusiasmo se incrementaba día a día y la prensa local no era ajena al auge del fútbol desde ese primer momento. Se había programado el partido del 9 de Julio para las 3:30 horas de la tarde, pero un hecho imprevisto hizo que el partido se suspendiera. Fue el diario “La Razón” de Paraná, incorporado al comentario deportivo cuya posta le había ganado la competencia,  quién aclaró el 8 de julio las causas del imprevisto: “Como homenaje de duelo por la muerte del Presidente del Directorio del F.C.E.R., el foot ball que debiera celebrarse mañana en la Plazoleta de la Estación ha sido suspendido del programa. Este último no había aparecido en nuestras columnas hasta el día de hoy porque celosos somos de que nuestras noticias sean siempre reales, preferimos esperar la última hora para que el público que nos favorece con su atención, pudiese constatarlo como el único exacto”. (Prensa de Paraná. 8/7/1903)
El 24 de julio se anunciaba la realización del encuentro suspendido para el domingo siguiente, con la salvedad de que el horario sería a las 14 horas, para facilitar que el público pudiera concurrir a ver otro espectáculo programado para las cuatro de la tarde de ese día: la ascensión del globo de Forli “La Americana”, a cargo del “intrépido” capitán José Silimbani, desde el Corralón de Francisco Sonsini, ubicado en calle San Martín, esquina Paraguay, de Paraná, todo un acontecimiento para aquella época (Prensa de Paraná. 18/7/1903). Existe una discrepancia acerca del lugar exacto de esta ascensión en globo, ya que en principio el lugar elegido era un espacio de calle Federación, entre Monte Caseros y San Martín. (Prensa de Paraná. 11/7/1903)
Los ingleses habían dado a conocer la nómina de jugadores que intervendrían: Garrod, Brewer, Pilo, Stooks, Mohan, Lamacraft, Clark, Berutti, Magninton, Martini y Burrows. El encuentro prometía ser muy interesante, dada la rivalidad originada entre ambos bandos. (Prensa de Paraná. 11/7/1903)
El plantel de la Escuela Normal estaría formado por los siguientes jugadores: Cirilo Amancay Pinto; Francisco Eyto*, Pomar, Franco, Romualdo Romero, F. Bianchi, Francisco Perié, Segismundo Ramírez, Fernández, Arturo Godoy y Roberts. (Prensa de Paraná. 25/7/1903)

*Francisco Eyto se recibió en la Escuela Normal en 1908, “joven inteligente y simpático” fue nombrado Vice Director de la Escuela Normal Alberdi en 1909. (Jueves 9/9/1909. “el Entre Ríos”. H. del A. G.  de E. R.). Ya en 1908 era docente en dicha escuela y formó parte en la alineación de fútbol representativa de la misma. Su padre era rematador y comisionista y tenía su escritorio en calle Córdoba, frente a la Casa de Gobierno, a la altura del actual Garaje Oficial (“El Tribuno” de Paraná, sábado 8 de setiembre de 1888. A. G. de E. R.)
El encuentro resultó reñido y desde un primer momento ambos bandos demostraron la misma intensidad de juego, resultando vencedor del encuentro el equipo ferrocarrilero, “después de dos horas de lucha”.
Fue en este partido donde intervino el primer cronista gráfico deportivo; “el conocido y acreditado fotógrafo señor C. Metaire, propietario de la Fotografía Francesa, sacó varias instantáneas de este interesante espectáculo, entre las cuales un bonito grupo de los jóvenes jugadores”.(Prensa de Paraná.27/7/1903) En esa fecha “La Razón” de Paraná comentaba que “después de una reñida lucha se declaró el triunfo por parte de los empleados de la estación, quiénes vencieron a su bizarros contendientes tan sólo por un gol de diferencia. Numerosa concurrencia presenció el agradable espectáculo. El domingo próximo se realizará otro match entre los mismos bandos”.
El profesor Cirilo Pintos no se quedó atado a la  relación establecida con los empleados extranjeros del ferrocarril y se contactó con el alumnado del Colegio Nacional, con quiénes organizó un encuentro para el sábado 15 de agosto de ese año en  las instalaciones del ferrocarril. Los alumnos de la Escuela Normal integrados por las sociedades “Níger” y “Destreza” y “Los Campeones” formado por alumnos del Colegio Nacional. Ese partido resultó muy interesante; el entusiasmo entre los jugadores no decayó un solo instante (lamentablemente no se conoció el resultado. (Prensa de Paraná. 18/8/1903)

EL REGLAMENTO SE TRADUJO EN LA ESCUELA NORMAL

En este viejo edificio (fotografiado desde el Club Social), que sirviera de sede al gobierno de la Confederación Argentina  hasta 1861 y donde luego funcionó la Escuela Normal, nació la iniciativa del fútbol en Paraná, a instancias del Profesor Cirilo Amancay Pinto, en 1902. En el primer edificio de izquierda a derecha fue el Club Gimnasia y Esgrima, luego primer Centro Comercial de Paraná.

LA RIVALIDAD NACIENTE. PRIMER TRIUNFO PARANAENSE

El partido de desquite que se había pautado entre ambas escuadras no se pudo llevar a cabo debido al descarrilamiento del tren de la carrera Concordia – Villaguay. La suspensión se conoció momentos antes de la hora programada. “Desde temprano la plaza de ejercicios físicos de la Estación se vio concurridísima.  A fin de llenar este interesante número del programa de las fiestas se resolvió organizar un partido entre el team de la Escuela Normal, dividido en dos bandos, y dirigido por el profesor Cirilo A. Pinto. Comenzó la lucha. Cada “tanto” ganado por algún bando, éste era saludado por la concurrencia con prolongados aplausos. Una vez terminado el partido se retiró la concurrencia sumamente satisfecha por el interesante acto que acababa de presenciar. Se nos informa que el match suspendido ayer, será llevado a efecto dentro de dos o tres domingos en el susodicho paraje”. (Prensa de Paraná. 26/5/1903)

Sobre los ingleses y su campo de juego en la Estación del Ferrocarril, la crónica periodística registra lo siguiente: “…Como sucedió en la mayoría de los pueblos del país, fueron los ingleses quienes trajeron el fútbol a Paraná. Y en la estación del F. C. Entre Ríos, los del Entre Ríos Criquet Club, que practicaban con intensidad este deporte – por entonces muy conocido – quienes empezaron a jugar al fútbol, ante la mirada atónita de unos pocos que se reían como iban detrás de la pelota, como locos, corriendo.
En esa desaparecida cancha de la Estación que luego fue de Talleres, en un tiempo Talleres – Unión, también de Estudiantes, nacieron muchos crack de entonces, fue allí  también donde actuaron grandes equipos argentinos e internacionales, como Universitario de Buenos Aires, la Liga Paraguaya, etc. (Prensa de Paraná.26/5/1953)

La naciente rivalidad entre los cuadros de la Escuela Normal y los ingleses hizo que se encontraran nuevamente frente a frente el domingo 14 de junio por la tarde en la misma plaza de ejercicios de la estación y los ingleses presentaron en su formación a Garrod, Brewer, Jones, Brutti, Biggs, Stooks, Mannigton, F. Clark, Martín, Lammacroft y Pilo. La expectativa era grande porque el encuentro prometía ser reñido; y así lo fue de acuerdo al cronista de prensa. (Prensa de Paraná.13/6/1903)

“De un tiempo a esta parte se ha iniciado una competencia de agilidad, fuerza y destreza entre una parte de los empleados de la empresa de ferrocarriles de Entre Ríos y los alumnos de la escuela normal, en el muy noble juego del foot ball.
  Esta lucha, más de amor propio que de recompensa por los “teams” de uno y otro bando nos recuerda la de competencia entre los alumnos de las universidades de Oxford y Cambridge. Humildes y sin resonancias como son estas partidas, dignas de mención, sin embargo, y nos place sobremanera hacer pública la de ayer en que los jóvenes de la escuela normal, recién iniciados en el juego, han triunfado sobre los que tienen una larga práctica y en su favor la edad y la destreza. ¡Que partidos de esta naturaleza, que tanto influyen en el desarrollo de los sentidos y del cuerpo, se repitan con frecuencia. Son nuestros  deseos”.(Prensa de Paraná. 15/6/1903)

Aquella memorable fecha, domingo 14 de junio de 1903, registra entonces el primer triunfo de un equipo de Paraná logrado frente a los ingleses del ferrocarril. Es de imaginar la alegría de los discípulos del profesor Cirilo Amancay Pintos, como así también la  desazón de los ingleses quiénes a las pocas horas, el martes siguiente, hicieron un nuevo desafío a concretarse el 9 de julio en el mismo field. “Dado el interés que ha despertado entre nosotros esta clase de espectáculos, no dudamos que será uno de los números interesantes con que contará el programa de las próximas fiestas julias”. (Prensa de Paraná. 16/6/1903)

EL CAMPO DE JUEGO DEL FERROCARRIL

El domingo 17 de mayo de 1903, por la tarde, se jugó el segundo encuentro entre los rivales del 9 de julio de 1902 (cuyo resultado no se conoció, suponiéndose que lo ganaron los ingleses, de acuerdo a posteriores comentarios). “Lanzado el desafío por los primeros, los segundos se han apresurado ha aceptarlo y una vez más la sociedad de Paraná asistirá al viril espectáculo regocijada de que tan agradables…”  (Prensa  de Paraná 16/5/1903)

Esta vez se inauguraba la segunda cancha reglamentaria que tuvo Paraná, ubicada en el sector oeste de la estación del ferrocarril, un estadio que sirvió con el correr de los años para que jugaran allí en calidad de local las huestes de Estudiantes F.B.C. y posteriormente las de Talleres F.B.C., como así también pisaron su césped los principales equipos de Santa Fe, entre ellos Colón y Unión, la selección de Paraguay, etc. Sus arcos estaban ubicados en las cabeceras este y oeste del field, dando espalda este último a los talleres del ferrocarril.

“Ayer a la tarde tuvo lugar en la Plaza de Juegos Atléticos de la Estación el match de foot ball entre los alumnos de la Escuela Normal y el team del Ferrocarril.
  El primer bando era formado por: Cirilo (Amancay) Pinto, (Segismundo) Ramírez, (Romualdo J.) Romero, (Francisco) Heyto, (profesor Arturo) Godoy, (Francisco) Perié, Franco, Fernández, Pomar y Roberts; y el segundo contaba con: (F.) Clark, Stooks, Lamarcroft, (León) Pilo*, (J.) Frías, (Guillermo Enrique) Brewer*, (ingeniero Enrique) Garrod, Mannigton. La partida resultó interesante. La concurrencia que asistió al espectáculo fue inmensa y tributó grandes aplausos a los contendientes”. (Prensa de Paraná. 16/5/1903)

* El inglés Guillermo Enrique Brewer estuvo casado con la argentina María Buero y en octubre de 1896 nació en Paraná su hijo William Henry Beaumont (“La Libertad”. 30 de octubre de 1896. A.G. de E.R.)

 * León Pilo llegó a trabajar con los ingleses del ferrocarril desde 1896 junto con sus compañeros W. Brewer, R. Müller, J. Frías, Manuel Fernández, etc. abandonando Paraná en marzo de 1907, por lo que fue agasajado por los mencionados compañeros. (Sábado 9 de marzo de 1907. “El Entre Ríos”. H. del A. G. de E. R.)

Otro medio opinó en el día anterior que estos “agradables… torneos que se hayan incorporados a nuestras costumbres” se repetiría en la nueva cancha al día siguiente. (Prensa de Paraná.16/5/1903)

¡“El team del ferrocarril for ever”! en una tarde destemplada que con sus amenazas de llovizna obstaculizó la asistencia de un mayor número de espectadores, no impidió el último domingo la celebración del match de foot ball…” Conocidas familias de la sociedad paranaense se había dado cita mucho antes de empezar el encuentro, ocupando los sitios que habían destinado para ellas en las cómodas y bien instaladas instalaciones del ferrocarril.

Fue referee el señor Follet Holt, secundado por el Sr. Wycher y se inició el encuentro a las tres y media de la tarde. Movió la pelota el equipo “inglés” que rápidamente empujó a los estudiantes a pasos de su propio arco, para intentar poner freno al avance contrario. Pero este esfuerzo apneas alcanzó “para revelarse en el centro del enemigo la presencia de un maestro de vaquía, arrojo y fortaleza admirables; Mr. Garrod, no consiente de que la pelota retroceda más allá del límite que él le había señalado y secundado hábilmente por sus compañeros anotó el primer goal para su bando a los 10’…”

Al mover de nuevo la pelota, una salva de aplausos partió de los espectadores que simpatizaban con los ambos equipos, premiando a los del ferrocarril que venían vengando la derrota que le habían infringido el año anterior.

En el segundo tiempo movieron los estudiantes, pero se vieron en desfavorable situación, con falta de seguridad en el ataque, circunstancia que aprovecharon los rivales para volver a presionar con sus ataques. “Con visible emoción el público sigue las distintas fases de aquella lucha en la que evidentemente los estudiantes llevan la peor partes; las camisetas rojas retroceden siempre y pierden la disciplina a medida que se aproximan al goal. Ya sobre la línea, ambos bandos no forman sino una masa única: un full back de la Escuela Normal intenta el esfuerzo supremo, con tan poca serenidad que hace goal para los jugadores del bando contrario”.

“los referees dan la señal de descanso y entonces, público y jugadores, se entregan a los más animados comentarios. Todos admiran el empuje de los vencedores y echan de menos  el arrojo de que en otras oportunidades han dado muestras los vencidos”. En la segunda etapa hubo cierta reacción de los estudiantes, que se insinuaron mejor y lograron convertir a los 40’, recibiendo un caluroso aplauso. Al finalizar el encuentro, quedaron con ganas de definir el pleito en un suplementario de 20’ pero las cosas siguieron igual. Ganó el equipo blanco del ferrocarril por 2 a 1.

“Los vivas y hurras estallaron entre los jugadores quienes saludaba en esa forma caballeresca a los adversarios. Antes del retirarse del campo el capitán del bando “Escuela Normal” en nombre de sus compañeros invitó a los vencedores a un nuevo partido el próximo domingo. No hay para que decir que fue inmediatamente aceptado, quedando convenido que se realizaría en el mismo local, a la misma hora y en igualdad de condiciones”. (Prensa de Paraná. 20/5/1903)

MÁS DATOS SOBRE LOS PRIMEROS PASOS

Es digno de destacar que en la Escuela Normal, calle Corrientes y Urquiza de Paraná, puede decirse que nació el fútbol de la ciudad. Para ello, una rica columna de La Acción, “Fútbol de Antes”, del periodista Enrique Badano, (que auspiciaba la desaparecida casa de ropa masculina “Monterrey”, de calle Urquiza Nº 515 de Paraná) y que se publicaba en los años 1957/58, nos traslada a aquellos tiempos con mayor precisión:
“Se recuerda con cariño la figura consular del profesor Cirilo Pinto y su colega (Ricardo A.) Poitevín, que comenzaron con los muchachos de aquellos tiempos haciendo copiar los reglamentos que estaban escritos en inglés y eran traducidos del FOOT BALL ASSOCIATION para luego aplicarlo en aquella primigenia cancha del Boulevard Alsina y Urquiza, donde a punta de pico, pala y hacha, se construyó, quizás, la primera cancha de fútbol.
No podríamos situar, con claridad matemática, si lo que referimos es la expresión cierta de que en un terreno baldío de la intersección citada se abrió la primera picada del fútbol, pero sí podemos afirmar que allí por primera vez se jugó fútbol reglamentario y se enseñó a los primeros muchachos criollos, creemos si la memoria no nos es infiel, en el año 1901 o 1902”...
¡… VIEJO CAMPO CANDIOTI. Quién no recuerda o ha sentido hablar del Campo Candioti!
Primera cancha criolla, primera emoción deportiva que vivieron aquellos muchachos y también ilustres y respetables señores, que iban con sus esposas y sus lindas chicas, no sólo a ver fútbol, sino también a las emocionantes jornadas de  motociclismo y ciclismo, que se efectuaban dominicalmente.
Esta cancha estaba en el solar que ocupa la Escuela República de Chile y Vialidad Provincial.
En esa cancha se jugó, puede decirse el primer campeonato reglamentario preparado y lo inició la Sociedad Pro Vencedores, que dirigían don Lucio Arengo y creemos don Andrés Zapata.
¡Qué partidos aquellos de Estudiantes y Paraná, Provincial, Talleres y los ingleses!”.(Prensa de Paraná.2/4/1957)

Transcurrió el año 1902 con el entusiasmo de los jóvenes que comenzaban a encontrar en el fútbol la gran oportunidad para la expresión física y para el esparcimiento. Desde aquel año nacieron en distintos rincones de la ciudad los distintos “huecos” donde se echaba a rodar la “media en desuso rellena con papeles”.

Al año siguiente la actividad futbolística comenzó a tener una continuidad que no conocería detenciones. Los cuadros que se comenzaron a perfilar fueron los de la Escuela Normal, el Colegio Nacional y los ingleses del ferrocarril. Cabe destacar que, por ejemplo, los deportistas de la Escuela Normal eran en su mayoría de muy poca edad, ya que jugadores como Francisco Eyto, Francisco Perié, Segismundo Ramírez, Romualdo Romero, recién egresaron de dicha escuela a fines del año 1907. (Prensa de Paraná.18/11/1907)

CANCHA DE FÚTBOL EN "EL COLMENAL" DE PARANÁ

Vale la pena aclarar que el término de “Colmenal” por colmenar se debe a la denominación usual que en aquellos tiempos se le daba al predio, ubicado a los fondos del Colegio Nacional, en Calle Carlos Gardel. En realidad originalmente El Colmenar abarcaba incluso el predio donde está el actual edificio del Colegio Nacional y llegaba hasta calle Buenos Aires.  El 19 de noviembre de 1896 la Cámara de Senadores de la Nación había sancionado definitivamente la Ley por la cual se autorizaba al Poder Ejecutivo Nacional a construir en el terreno de propiedad fiscal denominado “El Colmenar” el edificio destinado al Colegio Nacional de la ciudad.

También es de destacar que en este sector estuvo ubicada varios años antes la quinta del Barón Alfredo Marbais Du Graty, de familia aristócrata belga, nacido en Bruselas en 1828, quién llegó siendo militar a Brasil y luego se incorporó como Sargento Mayor en el Ejército Entrerriano, para desempeñarse como edecán del General Urquiza  en 1854 mientras éste estuvo al frente de la Confederación Argentina. Precisamente, el 10 de setiembre de 1855 hipotecó ese predio dividido en tres títulos a favor de Juan de Dios Ramos por 400 pesos plata.

En 1858 Alfredo Du Graty le vendió el total de la propiedad, que constaba de 116 varas sobre calle San Miguel (hoy Buenos Aires), por 150 sobre calle Ramírez (C. Gardel) con dos martillos de prolongación, al General Lucio V. Mansilla en 7.070 pesos plata. Un año más tarde la propiedad de Mansilla se amplió en 150 varas sobre la calle Ramírez por 56 varas de fondo por compra que le hizo a doña Francisca Martínez de Olave, cuyos límetes daban con un terreno montuoso que ocupaba la morena Casimira. En 1860 Mansilla le vendió la quinta original de Du Graty al cónsul general paraguayo José Rufo Caminos.

La historia del colmenar es la siguiente: El cónsul Caminos prestó la quinta por el término de tres años a los hermanos Maximiliano y Oscar Durand Savoyat, quiénes en 1861 fundaron un establecimiento industrial de agricultura que denominaron “El Colmenar”, habiéndose iniciado con cuarenta colmenas de abejas de clase seleccionada. Dicho establecimiento tuvo carácter de asociación cooperativa, ya que cualquier vecino podía adquirir colmenas y participar de la producción en forma equitativa. Los hermanos Durand eran naturalistas distinguidos y no tardaron en convertir el terreno en un hermoso jardín dotado de toda clase de comodidades y bellezas, que atraía la concurrencia diaria de la alta sociedad paranaense.

Puede tomarse como otro dato explicativo parcial lo que un cronista deportivo narró respecto a este lugar en una oportunidad:
“EL COLMENAL: UNA FUENTE DE FUTBOL
En aquellos tiempos del rango y mida, cuando para conseguir un lugar para jugar en un baldío, había que hacer cola… (Había muchos pero eran pocos los campos de fútbol.) y hemos dicho cola. ¡Si señores, había que hacer cola hace 40 años!

   El lugar era “El Colmenal” – lo más exacto hubiera podido ser El Colmenar – nombre que venía de añares, porque allí se juntaron los negros esclavos que venían de la época de Rosas y formaron sus tribus…
En ese lugar ubicado exactamente en Buenos Aires y Garay o San Martín y Garay, como se quiera o según le parezca a cada uno, bien podríamos decir que existió el primer hueco inmortal.
  En ese lugar se formaron jugadores de la talla internacional como Natalio Molinari – el muchachito que jugaba a las argollitas – y a quién otro crack, Julio Duchase, inició en el fútbol; allí jugaron los Machi, los Uzín, Antonelli, Pedro Mutio, “Maturana” Núñez, Los Rabuffetti, los Arigós, los Olmos, etc., etc., y muchos más, se jugaban partidos desde salir el sol hasta la entrada., y había que tomar la medida con los pies para saber a quien le tocaba jugar o no.
  Ese “Colmenal”, nombre sin duda mal dicho, pero hecho popular por los  negros de las empanadas criollas, señala una etapa, que bien podríamos decir de primigenia en el fútbol criollo”.

También en aquel espacio de la ciudad acamparon en los años 70 del siglo XIX las aguerridas tropas de Ricardo López Jordán en tiempos de la lucha contra el Ejército Nacional y se extendía su campamento hasta los paredones de la construcción abandonada de la Iglesia San Miguel, donde se encontraban los cañones de su defensa.

Años más tarde funcionó allí el Piquete del Regimiento 12 de Infantería, mostrando un estado de abandono bastante significativo para el año 1895, al punto que el sargento mayor que estaba a cargo del mismo solicitó autorización al Ministro de Gobierno para alojar a sus soldados en el cuartel de policía, dado el mal estado sanitario de los galpones de El Colmenar. “esos galpones no tienen puertas, faltan tablas en las paredes, dejando claros por donde penetra el frío de las noches, exponiendo así a esos soldados a contraer alguna enfermedad…”.

Por muchos años, casi veinte años, fue este sitio el lugar preferido de la muchachada para corretear tras la pelota. Un comentario de 1921 nos ubica mejor respecto a su historia:
“EL COLMENAR. Existe en nuestra ciudad un reducido número de campos de ejercicios físicos y es por esto muy lamentable la pérdida de uno de ellos, máxime cuando es causado por la desidia y el abandono de los encargados de su conservación. Frente al Colegio Nacional existe un campo que en el mundo deportivo se denomina “El Colmenal”.
  Hace años en ese terreno se levantaban cuatro arcos, dos grandes y dos chicos, que indicaban la existencia de dos canchas de foot ball. El “cuerpo enseñador” de ejercicios físicos del Colegio cumplía su misión presenciando algunas bromas de los alumnos.
  Hoy, ni eso… la organización de un campeonato interno de foot ball ha alejado a los alumnos al field de la estación… y de lo que fue “El Colmenal” apenas si queda un  arco derrengado, viejo vestigio de un pasado brillante y candidato seguro a alimento de algún fuego cercano.
Sólo vendedores de diarios interrumpen su soledad con sus juegos, los más por níqueles.
  ¿Pasará a la historia este campo de ejercicios donde se formaron entusiastas partidos con los mejores footballiers de Paraná?
Sería una injusticia y para que no se consuma, convirtiéndose en algún yuyal que oculte el recuerdo de brillantes jugadas, llamamos la atención de la dirección del Colegio Nacional para que no descuide tan lamentablemente este campo deportivo conocido y querido por muchas de las generaciones de deportistas”.

PRIMER PARTIDO DE FÚTBOL JUGADO EN PARANÁ

 En relación al primer partido de fútbol jugado en Paraná, los comentaristas de aquellos tiempos lo recordaron con precisión, sobre todo cuando se cumplieron los 50 años de aquella jornada.  Fueron los alumnos de la Escuela Normal los que el 9 de julio de 1902 enfrentaron a un equipo formado por empleados ingleses que trabajaban en el ferrocarril de Entre Ríos.

El lugar elegido para jugar aquel memorable partido fue el “Campo Candioti”, un amplio predio que se ubicaba frente a lo que hoy es la Terminal de Ómnibus, Avenida Ramírez de por medio. Este terreno ocupaba lo que es hoy la Escuela República de Chile, desde la continuación de calle Urquiza, los talleres de la Dirección Provincial de Vialidad y parte de la Escuela de Comercio Nº 2.

Si bien no hay un antecedente escrito sobre aquel acontecimiento, vale el recuerdo de algunos de los que actuaron en aquel encuentro inaugural del fútbol en Paraná, quiénes testimoniaron en su oportunidad que fue el 9 de julio de 1902, principalmente el profesor don Arturo Gómez.

Aquel comentario de Aníbal S. Vázquez fue más extenso:
Después de esta auspiciosa iniciación, cundió el entusiasmo entre la juventud local y al poco tiempo se organizaron interesantes encuentros entre los equipos representativos de la Escuela Normal y Colegio Nacional, entre los cuales actuaron en aquel año numerosos jóvenes, de reconocida actuación posterior en nuestra ciudad; entre los cuales se recuerda al escribano García, Vao Torné (Tornet García, español, nacido el 24 de enero de 1887 en Minas de Riotinto, Huelva, España, hijo de Maximiliano Tornet Villarreal y Maria Loaiioza García), Dr. Ramón C. Ferreira, Julio M. Calderón, Ricardo F. Arca, señores Ernesto Clark, Pedro F. Mutio, Lucio Cuadra, y otros, a todos los cuales se ha invitado a concurrir al acto de evocación a celebrarse hoy 9 de julio.
Del “Hueco” al “Colmenal”
La rápida difusión del fútbol paranaense corrió con la fundación de entidades que hoy prestigian el ambiente. Casi la mayoría de nuestros clubs nacieron de las inquietudes juveniles de las aulas mencionadas. No era extraño pues que en cualquier “hueco” entre cuatro piedras y las blusas de los actores se demarcaran los arcos y entre pelota va y viene (no olvidamos que era de papel y trapo) quedaban zapatillas y alpargatas, como testimonio del ardor de la lucha.
  De ahí al “colmenal” era una aspiración. El “Colmenal” (hoy campo de deportes del Colegio Nacional) venía a ser la antesala al field con arco y pelota inflada con aire: Campo Candioti.
El field denominado de “Talleres Unión”, en ese entonces era más bien para los asociados del “Entre Ríos Raiways Club” que practicaban diversos deportes y entre ellos el fútbol. Más por vía de distracción que el de formar adeptos.
 El Campo Candioti, cuya vigilancia y conservación estaba a cargo del Concejo General de Educación de la Provincia era sumamente espacioso, pues a más de field poseía una pista para ciclismo, lugares para otros deportes y en los últimos años una pista de patinaje. La finalidad esencial era puramente escolar, pero a falta de otros campos deportivos éste fue facilitado y a fe que cumplió con creces los propósitos ya que fue notoriamente útil.
  Este fue el origen del fútbol paranaense, modesto a carta cabal, pero de ahí nace precisamente el gran ascendiente popular de este juego.
Hoy a cincuenta años
Hoy a cincuenta de aquella significativa fecha se tributará el homenaje merecido que el fútbol rinde a sus iniciados, precursores y dirigentes que han luchado así durante tantos años cumpliendo así una superior finalidad social para la cultura y moral de nuestro pueblo.
Recordación justiciera para todos los que aportaron su esfuerzo para el progreso de nuestro popular deporte cumpliendo con abnegación y desinterés encomiable la loable misión de propender al mejoramiento del músculo y con ello a la vigorización de la juventud, acrisolando la moral y propendiendo a la formación de su carácter que constituye los superiores fines del verdadero deporte.
La Acción vinculada a las razones arriba enunciadas y reflejadas en sus columnas, se hace presente en esta hora de júbilo trayendo su palabra de aliento y aplauso para tantos ignorados precursores, dirigentes y jugadores que contribuyeron con su esfuerzo al desarrollo potente del fútbol paranaense y que deben estar presentes en la recordación”.