lunes, 13 de marzo de 2023

CAPITULO V. ETAPA DE FUERTES CONFLICTOS DIRIGENCIALES

 GRAVES MANIOBRAS DENTRO DE LA FEDERACIÓN

En una de sus reuniones habituales de la Liga realizada el martes 26 de setiembre se produjo un serio incidente ligado a la forma en que varios delegado se complotaron contra Estudiantes, constituyendo “un acto bochornoso para los anales futbolísticos de Paraná”.

Entre los delegado de “Boers”, “San Isidro” y Belgrano” se habían complotado para pedir la anulación de un encuentro en el que Estudiantes le había ganado a Boers. La actitud de los delegados Alonso y Thompson fue enérgica y evitó que su club sea perjudicado como se pretendía. Este hecho volvió a poner en tela de juicio la forma en que estaba constituida la conducción  del fútbol local, en la que influían los intereses de cada uno de los clubes integrantes en perjuicio de la armonía que debería existir, como así también puso de relieve cierta animosidad hacia Estudiantes que se repetía en el tiempo, seguramente porque se evidenciaba determinada superioridad respecto a los demás[1].

La disputa del torneo de segunda división continuó con el partido en que Estudiantes derrotó a Belgrano por 6 a 1 el 15 de octubre con goles Edwards (de penal), Cavallo, Álvarez, Cavallo, Medina y Aliprandi para Estudiantes y Yódice para Belgrano[2].

Esta situación no terminó allí, sino que tiempo más adelante de produjo un nuevo conflicto como producto del reglamento que regía en esa época, ya que los resultados de los encuentros tenía aprobación definitiva recién en las posteriores reuniones de la Liga, donde se daban lugar a ciertos entuertos y acomodos en beneficio de unos y perjuicios de otros, que al final provocó un cisma tiempo después.

Ante este nuevo despojo que se produjo, el delegado de Estudiantes, E. Alonso, publicó la siguiente solicitada: “Lo que ha pasado en la última reunión del martes no tiene nombre, es vergonzoso. La mayoría de los delegados de los diferentes clubs que forman la Comisión Directiva ante ciertos asuntos que afectan a Estudiantes ha puesto de manifiesto su espíritu realmente hostil, ejecutando actos indecorosos que afectan su propia dignidad; aún más, la de los clubs que representan y cosa curiosa, los representantes de aquellos que como más inservibles se han desempeñado en el campeonato son los más obstinados, los que han demostrado mayor encogimiento o cortedad de criterio para todo”.

Opinaba entonces el delegado estudiantil que la institución madre de fútbol local invocaba procedimientos correctos y estricta justicia en sus fallos relativos, y que se había complotado contra Estudiantes “para arrebatar a Estudiantes trofeos adquiridos, ganados ya en legítima lucha, en el campeonato de la presente temporada”.

El 22 de octubre habían jugado las segundas divisiones de Estudiantes y Paraná, ganado los primeros por dos a uno. Este resultado fue aprobado en la siguiente reunión de la Liga con los votos de del citado club, Boers, San Isidro y Belgrano (un voto y una abstención) y en contra de Paraná y un voto de San Isidro, por lo que el partido fue aprobado por seis votos contra tres.

Pero ocurrió que una siguiente reunión se pidió la reconsideración de aquella aprobación poniendo en tela de juicio el comportamiento del árbitro, de quién no se dudaba de so caballerosidad, pero que habría estado “abatatado” al no cobrar un penal a favor nada menos que de Estudiantes, lo que resultó ser un ridículo argumento. Pese a lo descabellado de mismo, al momento de la votación, es reconsiderada la anterior resolución nada menos que con los dos tercios de los votos de los delegados…¡y el partido fue anulado!

“Pero hay todavía algo más curioso. Cuando se realizaba la votación, de los once delegados presentes votaron solo siete por la reconsideración ¡no tenían los dos  tercios,  faltaba un voto! Era simplemente que el delegado de Boers “Cuartillo” (a) Repetto, había votado primero por la negativa después… después lo apuntaron con el dedo y votó por la afirmativa (dicen que un delegado por Belgrano lo miró fijamente, apuntándole con el dedo y que a esto se debe el cambio de su opinión)

Por un lado aplaudimos el comportamiento de Paraná porque ha sabido tender un lazo en el cual se ahorcaron varios delegados, evidenciando sus “justos fallos”, “estricta justicia” y “sano criterio” que evocan a cada paso”.

También perjudicaron a Estudiantes con la final de Tercera División, en el que habían resultado campeones luego de derrotar a Belgrano por 1 a 0 y en la misma sesión se entendió que el árbitro había actuado mal (siendo que había sido propuesto por el mismo Belgrano) entonces éstos últimos pidieron la anulación del encuentro logrando también la aprobación contra Estudiantes.

“Es natural, todo se explica. Belgrano  ganó el primer partido con Estudiantes, creyó ganar también el segundo y como el premio de once medallas de plata era relativamente de poco mérito se optó por cambiarlo por una copa.  Pero el segundo partido lo pierden, la copa se les esfumaba, no podía ser, no debían perderla, el referee había jugado mal según opinaban los complotados, no había otro remedio que calzar guantes blancos…y los calzaron…Y éstos son los dos últimos botones del muestrario” [3]. Estas manifestaciones hechas públicas por el delegado de Estudiantes, E. Alonso, con graves cargos hacia los demás delegados, no mereció ningún comentario en la siguiente reunión de la Liga lo que hizo suponer la aceptación de los mimos[4].

Esta situación derivó en la realización de tres encuentros entre los equipos de San Isidro y Estudiantes para resolver quién sería el campeón de la temporada en esa división[5]. No se pudo determinar quién resultó a la postre el campeón de la segunda división.



[1] (“La Acción” de Paraná. Jueves 28/9/1916. B.I.P.E.R.)

[2] (“La Acción” de Paraná. Martes 17/10/1916. B.I.P.E.R.)

[3] (“La Acción” de Paraná. Jueves 9/11/1916. B.I.P.E.R.)

[4] (“La Acción” de Paraná. Miércoles 15/11/1916. B.I.P.E.R.)

[5] (“La Acción” de Paraná. Sábado 2/12/1916. B.I.P.E.R.)

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