Aparentemente la forma en que había
elegido
Recién el primer domingo de agosto de 1916 comenzaron a jugarse algunos encuentros correspondientes al torneo anual. Para el 6 de agosto se programaron los siguientes partidos:
Primera División: Estudiantes F.B.C. Vs. Belgrano F.B.C. en cancha del primero en el ferrocarril. Segunda División: San Isidro F.B.C. Vs. Paraná F.B.C.
Tercera División: Boers F.B.C. Vs. San Isidro F.B.C[2]. Lamentablemente los conflictos entre la dirigencia impidieron la realización con normalidad del campeonato y solamente participaron en primera división los dos equipos antes mencionados.
Por supuesto que la ansiedad era mayúscula entre los aficionados. La falta de fútbol en las canchas de Paraná hizo que en la definición del campeonato, aunque circunscrito a solo dos equipos, participara muchísimo público. En el primer encuentro que sostuvieron “Estudiantes” y “Belgrano” el domingo 6 de agosto concurrieron 800 aficionados, superando todas las expectativas. Los dos rivales volvían a las lides futbolísticas con nuevos elementos, lo que aumentaba la ansiedad por verlos frente a frente.
Muchas damas de la sociedad paranaense se hicieron presentes en aquel encuentro en la cancha de la estación, dándole un toque de distinción. En el sector destinado a los socios “un aficionado hizo el deleite de la concurrencia brindando trozos de música selecta”. La cancha estaba muy bien arreglada; desde la entrada se podía observar la casilla embanderada y la cancha tenía la apariencia de una mesa de billar, bien demarcada y a los costados una compacta masa de concurrencia que se agitaba esperando el inicio del encuentro.
A
las 3:15 p.m. apareció en primer término el cuadro de “Belgrano” con pantalones
azules, camiseta azul oscura con rayas blancas, siendo saludado con aplausos y vítores por los asistentes y luego
apareció Estudiantes vistiendo pantalón y camiseta blanca, recibiendo también
grandes aplausos y hurras saludando su
ingreso. Inmediatamente se dispuso el sorteo con los capitanes y con el
árbitro, de lujo por cierto, ya que lo hacía el mismo Presidente de
Los equipos estaban formados de la siguiente manera:
Belgrano: Benvenutto Rabuffetti; Natalio Molinari y Porta; Bogado, Lanata y Romagnoli; Francisco Gorosito, Porta, Guggiari, Lanata y Cisneros.
Estudiantes: Díaz; Thompson y Arigós; Montiel, Soliard y Elía; Balbarrey, Alonso, Edwards, Pedro Mutio e Izaguirre.
Desde el comienzo se sucedieron las acciones frente a ambos arcos, destacándose un fuerte remate de Guggiari de Belgrano a los 5´ que fue contenido por el guardameta Díaz, respondiendo inmediatamente Izaguirre con un violento disparo contenido por Rabuffetti.
El trámite del partido era interesante, y cada brioso ataque recibía el aplauso de las parcialidades. Natalio Molinari, quien luego pasara al fútbol profesional, con un buen remate obligó a exigirse a Thompson que logró salvar su arco de una segura caída y enseguida un violento puntapié de Soliard hizo que Rabuffetti se tuviera que esforzar para rechazarlo.
Una buena jugada de los atacantes de Estudiantes fue iniciada por Balbarrey quien desde la punta derecha sacó un pase a Montiel y éste se la dio rápido a Izaguirre, quien con un fuerte remate bajo y cruzado derrotó a “Nuto” Rabuffetti ante la algarabía indescriptible de los simpatizantes estudiantiles exteriorizada en aplausos y hurras. 4´ más tarde Pedro Mutio burló a los defensores para convertir un segundo tanto con fuerte remate esquinado, que el juez anulo por foul del atacante, que generó la airada protesta del público, aunque el capitán blanqui – negro acató el fallo dando muestras de su caballerosidad deportiva.
Al producirse un choque entre Romagnoli y Alonso, éste se lesionó, por lo cual hubo de suspenderse el partido por breves minutos y al reanudarse el ataque de Belgrano puso en peligro la valla rival, donde Díaz tuvo dos atajadas brillantes ante dos fuertes remates de Porta y Lanata, sin que pudiera lograr el empate.
Al iniciar el segundo tiempo el fuerte viento reinante empezó a amainar, pero Belgrano logró aprovecharlo igual mediante un fuerte remate esquinado de Lanata que Díaz no pudo detener, logrando empatar el encuentro. Inyectados por el empate los blanquinegros redoblaron esfuerzos y a los 12´ Alonso produjo un violento remate que a duras penas logró rechazar al corner Rabuffetti, arrojándose al suelo. El asedio era constante, Mutio, Elías y Alonso rematan varias veces sin lograr resultados, pese a que parecían inminentes goles, por lo que el partido terminó con el empate en un gol por bando.
Aquel encuentro resultó del agrado de la concurrencia y fue una muestra del cierto progreso futbolístico, siendo superior Estudiantes ante un Belgrano que puso todo su esfuerzo para defenderse con Rabuffetti y Molinari y con buen desempeño de Lanata, Cisneros y Gorosito. El árbitro Vera estuvo discreto[3].
El
domingo 13 de agosto se jugaron los partidos entre
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