domingo, 18 de marzo de 2012

EL AUTOMOVILISMO EN PARANÁ


HISPANO 1920

Respecto al deporte mecánico mayor la primera carrera que se registra en nuestra provincia es la que se realizó El domingo 24 de abril de 1921 entre Paraná – Victoria – Paraná. Los inscriptos fueron estos: Teniente Ángel Perincioli con Studebacker de 6 cilindros, Agustín Mina con Ford, Senén Albornoz con Ford, Martín  Petersen con Overland 4, los hermanos Liprandi de Victoria con Studebacker 6 cilindros y Luís M. Anadón de la misma ciudad con Ford.
La información respecto a dicha competencia es escasa y se presume que los corredores se encontraron con un camino barroso debido al excesivo tiempo que registró el ganador Gilberto Raffo de Paraná con Ford, que llegó a Victoria con 9 hs. 34’ 44’’, donde se canceló la prueba.
Con la primera experiencia el entusiasmo fue en aumento y con la llegada de la primavera, después de varias postergaciones a causa de la lluvia, el jueves 29 de setiembre se corrió la prueba en el circuito integrado por caminos rurales entre Victoria – Nogoyá – Crespo – Paraná – Diamante – Victoria. La última postergación se dio el domingo 25 debido a lo cual los participantes decidieron realizar la prueba ni bien mejoraran los caminos.
Realizado el sorteo, los competidores quedaron dispuestos de esta manera:
01.- Arturo Aphalos, coche Hispano, de Buenos Aires; 02.- Julio E. Mihura, Dodge, de Victoria; 03.- A. Ring, Ford de Victoria; 04.- Mariano de la Fuente, Packard de Buenos Aires; 05.- E.G. Buschiazzo, CASE de Paraná; 06.- Senén Albornoz, Ford de Paraná; 07.- Nicolás Sendra, Ford de Paraná; 08.- Baldomero Ferrari, Overland 4 de Crespo; 09.- Gilberto Raffo, Studebacker de Paraná.; 10.- Vicente L. Vicari, Dodge de Victoria; 11.- Adam Frank, Ford de Villa Crespo; 12.- Herminio Taddei, Ford de Paraná; 13.- Emilio Icasati, Hudson de Paraná; 14.- Jorge P. Atencio, Dodge de Victoria; 15.- Luís M. Anadón, Ford de Victoria; 16.- Aurelio B. Croce, Nash de Viale; 17.- Ángel R. Perincioli, Studebacker 6 de Paraná. Finalmente fueron 18 los coches conscriptos y dejaron de presentarse el Nº 2, un Dodge del señor Julio E., Mihura, de Victoria, el Nº 15, un CASE de E. G. Buschiazzo, de Paraná, el Nº 16, un Nash de Aurelio Croce, de Viale y el Nº 17 un Studebacker, del teniente Perincioli. 
La intensa expectativa que había despertado esta prueba automovilística se reveló por la gran cantidad de curiosos que se agolparon frente a las pizarras de los diarios de la época, desde donde se anunciaban con bombas de estruendo la llegada de noticias vía telegráfica, cuyo optimización había sido dispuesta por el director de este servicio público, señor Goncebat, secundado por el jefe del telégrafo señor Vera.
De acuerdo al sorteo realizado 15 días antes, la salida del primer coche desde las cercanías del Puente Urquiza y del campo de los hermanos Vivanco de Victoria, se produjo a las 6:30 de la mañana, habiéndose postergado la largada unos 30’ debido a la intensa niebla reinante, con la continuidad de los demás coches cada 5 minutos. Se habían incorporado para correr a último momento A. Tocchi con Ford, Francisco Arza con Ford y M. Caraballo con Studebacker. 
DODGE 1920

Durante la prueba hubo varios accidentes, sin mayores consecuencias. El Dr. Icasati sufrió la rotura de una rueda antes de llegar a Nogoyá, la que pudo reemplazar luego de 10 minutos de trabajo. Senén Albornoz tumbó el coche en Crespo al rompérsele la dirección, la que cambió para poder continuar la carrera. A la altura de Valle María tuvo que desertar el Dr. Icasati debido a la rotura de las cubiertas. Otros dos coches tumbaron al llegar a Diamante, sin consecuencias que lamentar.
En el puente “Victoria”, donde estaba el punto de llegada, para las 10:30 horas ya estaba congregada una verdadera multitud. Allí se había alzado una tribuna para el jurado y los jueces de llegada, donde se había instalado un teléfono, donde se recibían desde la oficina del telégrafo provincia, las comunicaciones de las comisiones de control establecidas en las diferentes ciudades del circuito.
En dicha  la tribuna se habían ubicado los señores Federico Ravina, Presidente de la Comisión de Carreras, el Dr. Francisco Alfredo Kade, Dr. A. Mundani, Alberto F. Allende, Nicasio Basaldúa, Alfredo Kade (delegado del A.C.A.), el Dr. J. Savino, Dr. Pedro Radío, Dr. López, Coronel Julián Cáseres, Manuel Fernández Gotilla, Dr. Carlos Vivanco, Manuel Leiva, Dr.  Ángel L. Gil, Domingo Cúneo, etc. La Banda Municipal bajo la dirección del maestro Calella, procuraba engañar la impaciencia del público, con los más entretenidos trozos de su repertorio. Recién a las 11 hs.29’53’’ se divisó en la loma más cercana la silueta del primer coche, que resultó ser el Ford de Ring, quién fue recibido con vítores y aplausos.
La velocidad promedio fue de 63 km. por hora,  habiéndose alcanzado en algunos tramos entre 80 y 100 km. por hora. Uno de los coches favoritos, el Packard de Mariano de la Fuente, llegó a la meta remolcado por un carro, con el eje principal torcido. 
De acuerdo a la planilla oficial entregada por la Comisión de Carrera, fue ganador de la competencia Vicente L. Vicari, acompañado por Pedro Mazetti, de Victoria, con Dodge, en 4 hs.39’10’’, adjudicándose los 3.000 pesos de premio, además de una copa de plata donada por el Touring Club Argentino, una medalla de oro para el acompañante y una plaqueta de oro (premio especial donado por el Automóvil Club Argentino). Segundo clasificó Francisco Arza (A. Ring), acompañado por David Jacob, con Ford, en un tiempo de 4 hs. 49’ 53’’, a quienes les correspondieron los 1.500 pesos de premio, un objeto de arte donado por el Ministerio de Marina de la Nación y una medalla de vermeil para el acompañante y tercero entró el coche Studebacker N° 9 de Gilberto Raffo, acompañado por Bogado de Paraná, con un tiempo de 4 hs. 52’ 22 ½’’, adjudicándose 500 pesos, un objeto de arte de la Sociedad Sportiva Victoria y una medalla de vermeil para el acompañante.  Hubo también un premio especial para el victoriense Jorge Atencio y su acompañante Schiliro, quienes compitieron con Dodge en un  tiempo de 4 hs, 52’ 44’’, en el cuarto lugar.
Los premios previstos para las distintas etapas fueron asignados de la siguiente manera:
Primera etapa, Victoria – Nogoyá, 45 km,  ganada por Pedro Mazetti en 46’25’’, a quién le correspondió una copa de plata donada por la Asociación Importadora de neumáticos de Buenos Aires.
Segunda etapa, Nogoyá – Paraná, 105 km., ganada por Pedro Mazetti en 1h.50’35’’ y le correspondió un velocímetro donado por los señores Williams Cooper y Nepheurs de Buenos Aires.
Tercera etapa, Paraná – Diamante, 36 km., ganada por Gilberto Raffo, Arosa y Atencio, empatando en 37’, con un premio consistente en una copa de plata donada por la Casa de Tabacos Piccardo, un reloj de plata de la misma casa y un generador dela Casa Ring.
Cuarta etapa, Diamante – Victoria, 81 km. ganada por Arosa en 1 h.22’52’’ y con un premio de cinco cajas de nafta donada por la West Indian Oil C., 6 bujías donadas por la Casa Rect y Lheman de Buenos Aires.
Dichos premios fueron entregados en los salones de la Municipalidad de Victoria. En dicho acto dirigió la palabra el Presidente de la Comisión de Carrera, intendente Sr. Federico A. Ravina, quién felicitó a los ganadores y agradeció el realce que le habían dado a la competencia los delegados del Automóvil Club de Buenos Aires, como así también por la presencia de los experimentados corredores porteños Mariano de la Fuente, Pedro Motta, Raúl Baséis y Arturo A. Aphalo. En esa ocasión quedó constituido el Automóvil Club de Victoria, cuya presidencia ocupó el mencionado intendente, al ser proclamado por los socios fundadores y honorarios.
El resto clasificó de la siguiente manera:
5° el N° 11, el Ford de Frank, con 5 hs.6’45’’; 06° el Ford de Sendra con 5 hs. 43’53’’; 7° el N° 12, Ford de Taddei,  con 6 hs.1’20’’; 8° el N° 18 Studebacker de Liprandi con 6 hs.51’; 9° el N° 15, Ford de Luís Anadón en 7 hs.2’15’’ y 10° el Hispano Suizo N° 01 de Aphalo en 8 hs.43’51’’. 
Al finalizar la dura competencia se pudo escuchar las expresiones de los principales clasificados acerca de los incidentes del raid. A. Ring manifestó: “Incidente, ninguno me ha ocurrido, fuera del velocímetro que se me descompuso antes de llegar a Paraná; vengo como he salido de Victoria, con todas  mis gomas y ruedas sanas, sanos también yo y mi compañero. Corría con entusiasmo, pues veía cerca de mí al Packard que había salido  tan sólo 5´ después de nosotros. Me encontré  varias veces con ese Packard. En el trayecto de Nogoyá a Paraná nos dio miedo; iba como balazo, por lo menos a 120 km. por hora. Pero antes del control de Paraná lo encontré parado y no dejó de despertarse nuevamente mi entusiasmo. Los caminos en general excelentes sobre todo de Diamante a Victoria. Bastante pesada la carretera entre Victoria y Nogoyá”.
Luego de arribar el victoriense Vicari con su Dodge N° 10, conducido por P. Mazetti, con su inconfundible camiseta roja, éste manifestaba: “En el camino no me ha pasado nada malo; pero aquí casi me ahorcan”. Y continuaba: “No me ha pasado nada malo, ya que me dicen que salgo vencedor. He tenido que pararme cinco y seis veces, de las cuales dos por el tren.  Se me han reventado dos gomas, la caja del coche la ven como está, toda abollada, será quizás por la zanja en que me he metido y de la cual pudimos salir. A las cuatro leguas de salir, tenía alcanzado al terrible Packard, a las cinco leguas tenía sobre él una ventaja de 3´”.
Gilberto Raffo, que había ganado la anterior prueba Paraná – Victoria – Paraná, manifestó al arribar: “Debo decirles que empecé a correr con poco entusiasmo. Pero cuando vi que el Packard - pues para todos ese Packard era el  gran adversario - cuando vi que el Packard aflojaba se me entró el entusiasmo y heme aquí bastante ligero, me parece, a pesar de haber tenido una rueda rota y dos bujías fuera de servicio antes de llegar a Nogoyá. De la dirección se me ha perdido también un tornillo y tuve que sujetarla con una correa. Aunque algo díscola, me ha obedecido bastante bien”.
Jorge Atencio expresó a su llegada: “Vengo desde Crespo, puedo decir, sin volante, pues se me ha torcido la dirección. Cerca de Las Delicias se me volcó el coche, no sé por que inconveniente. Gracias a Dios no sufrí ninguna lesión; únicamente el choque que me arrojó al asiento de mi compañero y éste pasó al mío. En Nogoyá tuve que cambiar una bujía, otra en Ramírez; tuve que tirar inutilizadas dos ruedas traseras; las que he dejado por ahí. En Pintos tuve que detenerme para echar aceite y nafta a mi máquina. Estorbos en ninguna parte y en todas partes estímulos y caras irradiando simpatías”. 
Para continuar con el espectáculo automovilístico de ruta, se programó un desafío por 1.000 pesos entre los corredores Martín Petersen, con Overland de 25 HP y Gilberto Raffo, con Studebacker de 60 HP, en el tramo de aproximadamente 75 kilómetros, desde el pueblo de Ramírez hasta el Puente Iribarren de Paraná (actual puente del ferrocarril en Avda. Las Américas). Para ello se designó jurado al Dr. Emilio Icasatti (por Petersen) y al señor E. Sucarrat (por Raffo), habiéndose programado la salida desde Ramírez entre las 13 y 14 horas, con diferencia de 4’ entre uno y otro. Hubo gran cantidad de aficionados, tanto de la capital como del interior de la provincia, que mostraron su interés por esta prueba, realizando interesantes apuestas.
FORD T 1920

Lamentablemente la carrera no pudo realizarse por problemas mecánicas acusados en la máquina de Petersen. La expectativa era enorme, notándose una hilera interminable de coches y carruajes que iban desde el Puente Iribarren hasta la Escuela Alberdi. Los que no tenían coches, autos y carros, se trasladaron simplemente a pie, formando caravanas interminables, mezclados entre los modestos carros de lecheros y verduleros, que también se dieron cita para este extraordinario evento deportivo.
En aquella oportunidad no faltaron las apuestas y las acaloradas discusiones respecto a la pericia de cada corredor. De cuando en cuando algunos jóvenes alegres se divertían lanzando a toda velocidad a sus automóviles, con el propósito encubierto de llenar de polvo a los que estaban contra el viento que soplaba del este. Cerca de las 3 de la tarde comenzó a caer una leve garúa, que causó cierta alarma. Pero poco a poco la inquietud comenzó a ser mayor, para transformarse en impaciencia, que se materializaba en protestas chabacanas y burlonas. Hasta que, por fin, desde un auto que llegó desde la Escuela Alberdi se anunció la deserción de Petersen y todos comenzaron a regresar a la ciudad, en una nube de tierra que cubría todo. “Los coches al trote tendido de los caballos trataban de escapar de los automóviles que venían levantando en todo el camino densas nubes de tierra, bajo lo cual desaparecían peatones, coches y autos. Fue aquello el desierto de Sahara en el momento de un vendaval. Se nos ha informado que la carrera se realizará el próximo domingo para cuya fecha el coche de Petersen estará en condiciones de efectuar la prueba”.
En relación a esta carrera que fue suspendida por los inconvenientes ya apuntados, el señor Martín Petersen, se dirigió a “La Acción” para que le publicaran la siguiente nota: “Paraná 25 de octubre de 1921. Señor Director de La Acción. Presente. Habiendo llegado a mis oídos diferentes y muchas interpretaciones con respecto al final de la carrera de automóviles que hube de sostener con el señor Raffo quiero dar por intermedio de la presente una pequeña aclaración para mis simpatizantes y el público en general.
Según nuestro contacto la carrera debía largarse entre la 13 y 14 horas; yo había comunicado a mis amigos que iría para largar la carrera a las 14 horas, motivo por el cual me quedé para almorzar en Crespo y trasladarme a Ramírez para la hora antes dicha. Ahora bien, por cualquier circunstancia o por diferencia de relojes, dicen, llegué 4´ después pero nunca a las 15´ como asegura el señor Raffo en su erróneo reportaje.
También me ha extrañado sobremanera el hecho de que demostraba tanto interés por la carrera, cuando sólo trató de cobrar el depósito sin tramitar nunca una nueva carrera, que era el final a que en mi concepto debíamos llegar en nuestra contienda.
Lo que quiero dejar a salvo es lo siguiente: Que una vez llegado a Ramírez me trasladé a la casa del señor Scioli para proveer de agua a mi motor, y al ir a presentarme a la raya, sufrí la rotura de la maza de una rueda trasera lo que no pudo ser previsto, ni por mí, ni por persona alguna, único motivo por el cual no se corrió la  carrera.
Otra cosa que me llama poderosamente la atención en el referido reportaje es que, dice, pensaba hacer una espléndida carrera porque su motor le respondía admirablemente, cuando se podría demostrarle con muchísimos testigos que su motor le fallaba muy marcadamente a pesar de su técnica preparación.
Por la noche desafié a su propietario para realizar la misma carrera por el mismo importe, o por el doble o simplemente por un cordero, pues yo deseaba cumplir con el público.
Luego le propuse correr cuatro carreras 1º.- con el Ford del señor Taddei pidiéndole 5´ de ventaja. 2º.- Con el coche del contrato que teníamos antes suscripto. 3º.- Con el Dodge que corrió el señor Mazetti en el circuito Victoria-Nogoyá- Paraná- Diamante-Victoria y la 4ta. con el Hudson del Dr. Icasati y como no he tenido respuesta dejo el desafío en suspenso por si alguno se sus partidarios quiere hacerse eco de él. Martín Petersen”. 
El domingo 29 de abril de 1923 se corrió en el circuito Paraná – Seguí – Crespo – Paraná, dando tres vueltas a dicho circuito, en una distancia total de 390 km. Resultó ganador de dicha pruebas Senén Albornoz con 4 hs. 24’ y 16’’, a 73,273 km por hora de promedio, con un vehículo “Essex”, aceite “Valvoline”, nafta “Wico” y cubiertas “Good Year”. En segundo lugar resultó Ángel Pirincioli con 5 hs, 38’ y 34’’ 3/5 y tercero Florentino Niemez en 7 hs., 48’ y 04’’.

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