martes, 20 de marzo de 2012

INICIO DEL BOXEO EN PARANÁ

Pese a las características de los ingleses radicados en Paraná, se dio un singular enfrentamiento protagonizado por súbditos de esa nacionalidad, en un “desafío de box” realizado en la noche del 31 de julio de 1903, entre las 8:15 y 8:30 de la noche.
“Después  de una reñida lucha, que hacía entrever dudoso el triunfo, pues ambos contrincantes luchaban con denuedo y entereza, concurrieron varios agentes de la Sección 1ra. quiénes hicieron apaciguar el ánimo a los luchadores. Este espectáculo, poco común entre nosotros, fue presenciado por numerosas personas”.

De esta forma se iniciaba la práctica de este rudo deporte en Paraná, que no fue feliz a lo largo de más de un siglo, salvo la época que puede llamarse de esplendor desde la aparición de Luis Ángel Firpo en Buenos Aires que popularizó el mismo e incentivó su práctica en forma notoria en todo el país. De cualquier manera hubo desde sus comienzos una mala experiencia respecto a la práctica del mismo.

Luego del primer enfrentamiento boxístico, suspendido por la acción policial, pasaron tres años para reiniciar la actividad ante el público lugareño. Para el domingo 19 de junio de 1906 se organizó un combate en el local de calle Perú, esquina Comercio, entre Ángel Milne y Gerónimo Vuscovich, “en el que ambos sportman harán galas de las más rotundas contundencias. El público debe ir dispuesto a presenciar un “truqueada” con sus correspondientes consecuencias, pues, según el entrenaje de los que descenderán a la pista, no se trata de una simple simulación sino de un positivismo neto. Los amantes, pues, de esta clase de sport se darán cita en el local antedicho”.

Algo relacionado con este deporte fue el desafío público realizado por el italiano Miguel Masera y el uruguayo Pedro Rolandi, ambos campeones de lucha greco – romana, quienes lanzaron el reto a quien se atreviera a enfrentarlos, para lo cual deberían enviar un carta de aceptación para concretar la lucha al salón teatro de la Sociedad Italiana, ubicado en calle Monte Caseros (posteriormente estuvo allí el Cine Rex).

La anterior referencia a lo poco feliz que fue la práctica del boxeo tiene una primera confirmación en la actividad extra que realizaba Vuscovich en los ratos libres. Producto de sus andanzas fue baleado en sus piernas cuando intentó robar cargas de un tren en Estación Seguí, por lo cual fue trasladado al Hospital Municipal para ser atendido en calidad de preso, según se desprende de un informe policial de la época. Las andanzas continuaron y en un hecho sangriento terminó la vida del boxeador Vuscovich. Fue hacia fines de 1908; una crónica policial consignaba en un suelto el siguiente titular: Hecho Sangriento. Fin del Boxeador. Casi estaríamos por decir que la aparcería policial ha conducido a Gerónimo Vuscovich (a) “El Boxeador”, al trágico fin que ha tenido el viernes último su zarandeada existencia, pero quédesenos tal pensamiento en la entretela laboral.
   La muerte de Vuscovich es una consecuencia lógica de su manera de vivir. Carácter camorrista, un día había de encontrar quién lo liquidara en forma sangrienta, librando a la sociedad de un elemento amorfo y peligroso. Es que aún no están bien aclaradas, razón por la cual nos abstenemos de entrar en detalles del suceso.
   Basta decir que el drama se desarrolló en el Distrito Quebracho, en las proximidades de una casa de comercio, donde poco antes Vuscovich había sostenido una discusión con Desiderio Orsuza y Pedro ó Juan Larralde.
   Vuscovich era acompañado de Metán Dorado y al retirarse con éste en el birloche, desafiados o seguidos sin desafío por Orsuza y Larralde se trabaron en lucha en el campo, de la cual resultaron muertos el dicho Vuscovich y  Orsuza. No conocemos más detalles precisos del hecho hasta el momento en que trazamos estas líneas. El Comisario Bazzano se encuentra en el lugar del hecho, instruyéndose el sumario”.

Más adelante, llegó a la ciudad el dinamarqués Martín Petersen, maestro de esgrima y boxeo, quién se instaló con una academia en el Club Progreso para enseñar el último deporte.

Luego de dos años pareció cobrar mayor auge la práctica del boxeo, razón por la cual apareció la fundación del “Boxing Club Paraná”, con sede en la calle Santiago del Estero N° 135, cuya primera Comisión Directiva estuvo integrado por: Presidente señor Euclides M. Acevedo; Secretario señor Salvador Cohen (O Cohn); Tesorero señor Isauro Piedrabuena. Desde la prensa se hicieron votos por el éxito del mismo porque “siempre y cuando no salga de los límites que debe guardar, es un elemento integrante de la cultura física que tiende a dar robustez y agilidad a las personas y como tal es digno de recomendación”.

En noviembre de 1921 llegó desde Córdoba el profesor de boxeo Napoleón Aguilar para establecerse en la ciudad con un boxing club.

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