jueves, 17 de octubre de 2013

¡AQUELLOS PRIMEROS TIEMPOS DEL FÚTBOL EN PARANÁ!!!

Siempre que alguien trata de retrotraerse en el tiempo por una inclinación natural surge la casi odiosa comparación: parecería que antes hubiera sido todo mejor. No es materia de este trabajo hacer un análisis de esta realidad, pero en lo que respecta al fútbol en el tiempo se ha podido ir rescatando el pasado y parecería que fueron mejores los primeros pasos del fútbol paranaense. Todo era más rudimentario, los escenarios de juego eran primitivos, los elementos insuficientes, la misma técnica de juego no era refinada, sin embargo siempre los memoriosos han acudido a esta etapa primigenia para situarla como la mejor de todas las épocas.
Estamos demasiado lejos para analizarla con mayor objetividad. Cien años no han pasado en vano y no hace falta tener gran imaginación para situarse en los partidos de fútbol de aquellos tiempos…cuando hace un siglo había en la ciudad una o dos canchas reglamentarias y los jóvenes estudiantes fueron poco a poco popularizando su práctica.
Fueron precisamente estos jóvenes los que formaron los clubes; era su entusiasmo, su espíritu deportivo, sus energías dueños absolutos de las incipientes instituciones, algunas de las cuales aún sobreviven. No podemos imaginar clubes más que como grupos de entusiastas deportistas, sin sedes, sin instalaciones, con una pequeña masa de contribuyentes, que hacían nacer la pasión futbolera domingo a domingo en los campos de juego. Recién dos décadas más adelante los jugadores comenzaron a ser “los señores” de los clubes, mucho de los cuales ya comenzaban a recibir remuneraciones.
Al principio, los jugadores eran los propios fundadores que se ofrecían para integrar si se hiciera necesario todas las divisiones, los que fomentaban la compra de su vestimenta realizando, por ejemplo, funciones literarias o teatrales en las que la sociedad capitalina participaba con gusto para ayudarlos. Estos jóvenes se prestaban los elementos unos a otros para poder formar las bravas escuadras y se puede confirmar que en varios casos fueron autorizados a jugar de alpargatas, a falta del calzado adecuado. No hacía falta ir a buscarlos, a rogarles para que se presenten a jugar, practicando un amateurismo puro.
¡Cómo resistir la tentación de ubicarse imaginariamente al costado del Campo Candioti (actualmente los talleres de la D.P.V. y la Escuela de Comercio N° 1 o de la Feria Rural de enfrente (hoy la Terminal de Omnibus) para observar a aquellos pioneros que corrieron tras la pelota “de tiento”, la “Mac Greggor” traída desde la lejana Inglaterra en los primeros encuentros de Paraná –Estudiantes, Talleres Unión – Paraná, etc.!
No había necesidad de alambrados, la gente aplaudía los goles de ambos equipos con igual intensidad, no había insultos a jugadores ni a referees, concurrían las mejores familias de la sociedad paranaense, no faltaba la belleza femenina de hermosas señoritas, los ¡hurras! del comienzo eran una ceremonia y la calidad propiamente de los jugadores era extraordinaria. Así nació popular la practica futbolística…y, a cien años ¿qué es lo que realmente pasó?...posiblemente en el correr de estas páginas podamos recrear algunas razones ¡qué las hubo!

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