Pese a este interesante comentario sobre la realidad del
incipiente fútbol de aquellos tiempos en la ciudad, para el domingo 21 de julio
se organizó un match entre “blancos” y “colorados”, aunque con varias
modificaciones en relación al plantel inicial anunciado.
El trámite del encuentro resultó interesante, sobre todo
en la segunda etapa, se notaba la falta de entendimiento entre los jugadores,
con preeminencia de ambas defensas sobre los delanteros. El único gol de los
“Colorados” fue convertido a los 35´ de la primera etapa. Gallardo efectuó un
fuerte remate bajo que dio en el poste derecho, tomando el remate Giménez quién
marcó el gol con un remate corto.
La superioridad de los “Blancos” en la segunda etapa se
hizo notar; en un avance de Calderón quién remató fuerte y el arquero Máximo
Müller malogró en buena forma; más tarde otro disparo del mismo delantero fue
desviado por Müller, dio en el travesaño y rechazó finalmente Almada en forma
recia.
También Roberts, gran atacante de los “Blancos”, remató
dos fuertes shots, el primero de los cuales dio en el travesaño y el segundo
fue rechazado por Müller, quién tuvo un buen desempeño en todo el encuentro. A
los 30´ Prieto le hizo un pase a Albariño, éste tocó para Calderón, quien desde
cerca de la valla contraria convirtió el empate.
Los ataques de los “Colorados” se hicieron notar sobre el
final del partido, pero fue Pereyra, “alma de la defensa de los Blancos” el
encargado de desbaratar todos los intentos de convertir. Con el
arbitraje muy correcto del señor E. Colmes Brown, finalizó el encuentro con un
empate a un gol[1].
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