jueves, 17 de octubre de 2013

TERCERA FECHA "PRO VENCEDORES" EN 1908

Escuela Normal Versus Paraná F. C.
AMANCIO GONZÁLEZ
AUTOR DEL GOL.
LUEGO LLEGÓ A SER
LEGISLADOR NACIONAL
El tercer encuentro organizado por la Sociedad Pro Vencedores fue realizado el domingo 4 de octubre en la Plaza de Ejercicios Físicos entre la Escuela Normal y el Paraná F. B. C.
Contra todas las previsiones previas de la mayoría de los aficionados locales, muchos de los cuales concurrieron a ver el encuentro en el que se presentaba el equipo de Paraná que venía de empatar a los ingleses y a la Liga, apostando por el triunfo de éstos ante la Escuela Normal, que venía de perder 2 a 0 contra el Colegio Nacional.
A las órdenes del árbitro Ghio (o Ghis) los equipos se alistaron de esta manera:
Escuela Normal: Emilio Cazutti; Miguel Rivas y J. Solari; Romero, Alejandro Cabezas y Berriso; Victoria, Cuadra, Amancio González, A. Solari y Ricardo Chappo.
Paraná F.B.C.: Máximo Müller; Godofredo Arigós y Cayetano Blanda; Benito Turre, Alejandro Prieto y Camarero; Pedro Mutio, Ernesto Arengo, Vicente Onaindia, Aníbal Vásquez y Monti.
En la primera etapa, pese a que tenía el fuerte viento a su favor, la Escuela Normal no logró abrir el marcador. En la segunda etapa parecía que Paraná iba a alcanzar el triunfo, pero Amancio González, sorteando rivales y a pocos pasos del arco defendido por Müller logró el gol que les diera el triunfo por uno a cero.
 Los esfuerzos de Paraná fueron infructuosos ya que los estudiantes se defendieron con todas sus fuerzas y evitaron el empate. Así se tomaron el desquite de aquel encuentro del 5 de junio en el que Paraná los derrotara por la misma diferencia, en mérito a que en esta oportunidad jugaron notablemente todos,   aunque se destacaron Solari y Cuadra. El referee Ghio actuó con toda imparcialidad.
Al parecer se habría dado que los estudiantes de la Escuela Normal se dedicaron intensamente a la práctica del fútbol antes de este encuentro y todo lo contrario ocurrió con el plantel de Paraná que, en un exceso de triunfalismo, se confió en la fama de sus buenos jugadores y se olvidó de lo más elemental: practicar, pagando caro este error al quedar fuera de la posibilidad de participar en los demás partidos que se programaron para los ganadores[1].



[1] (“El Entre Ríos”. Lunes 5/10/1908. H. del A. G. de E. R.)

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