TALLERES UNIÓN FÚTBOL CLUB
Como
se ha podido comprobar la única organización
futbolística hasta ese momento era el “Entre Ríos Railways Club”, o el
“Club Atlético del Ferrocarril”. Su dependencia de la estructura organizativa
de los empresarios ferrocarrileros ingleses, que históricamente fue muy
ordenada, nos hace pensar que lo mismo ocurrió en la faz deportiva.
Los
demás equipos del fútbol paranaense eran sencillamente eso: formaciones que se
presentaban a competir, hasta allí por amor al deporte, salvo la honrosa excepción
de la Copa Campeonato
que fue disputada entre los alumnos de los colegios nacionales de Uruguay y de
Paraná.
La
práctica del fútbol era exclusivamente estudiantil, como si fuera una parte del
programa educativo, tal como hoy son los ejercicios físicos para los
estudiantes. Basta observar que en ese entonces no se hablaba de estadios,
canchas, campos de juego, sino de Plaza de Ejercicios Físicos, lo cual hace
referencia al concepto apuntado
anteriormente.
Fueron
necesarios sólo cinco años para que la práctica del fútbol se hiciera más
popular, más al alcance de jóvenes de cualquier clase, sin que sean
necesariamente estudiantes de algún colegio en particular. Así transcurrió el
año 1907 con la continuidad de los pantalones cortos en el campo de juego y el
advenimiento de los “pantalones largos” en materia organizativa y de dirigentes
respecto al fútbol, aunque aún en una forma rudimentaria.
Es
indudable que aquel año hubo una buena actividad futbolística ya que se
fundaron formalmente los dos primeros clubes de fútbol de la ciudad. “Talleres
–Unión F.B.C.” y “Paraná Foot Ball
Club”, instituciones que hoy perduran y que, precisamente, constituyen una de
las razones para realizar este trabajo de investigación. ¡Son nada menos que
cien años!; el centenario de ambas instituciones es un acontecimiento inédito
para el deporte paranaense y por lo tanto nada más oportuno que esta
recopilación que recuerda a tantos deportistas y dirigentes precursores del
fútbol en Paraná, que merecen un lugar en la historia deportiva lugareña.
El
“Talleres – Unión F.B.C.”, (luego
fusionado pasó a llamarse “Talleres F.B.C.” y finalmente: “Club Atlético
Talleres”) de acuerdo a las actas existentes en el organismo de contralor
oficial de las entidades, nació el 15 de mayo de 1907.
Se
trataba de un desprendimiento de la mano de los extranjeros por parte de los
empleados y obreros nacionales que trabajaban en los talleres del ferrocarril.
Nació de las aspiraciones de jóvenes que querían tener un club criollo en el
propio barrio de los ferrocarriles, donde los ingleses, que trajeron ese
deporte, eran los administradores. Basta conocer las formaciones que
presentaban siempre los ferrocarrileros para darse cuenta que existía una casi
absoluta preeminencia inglesa.
Los
criollos, que ya se habían dado hasta el lujo de derrotar a los experimentados
extranjeros, pensaron, soñaron en formar un club con todas las de la ley, con
la idea de tener un equipo representativo de la actividad que realizaban en la
estructura ferroviaria, pero que fuera local, criolla.
Y
entre el golpetear de los pesados marrones, forjando el hierro del trabajo
junto a la fragua ardiente, se fue formando el concepto de la “independencia”
futbolística.
Quizás
el rojo y verde, que fue el primer color de los años primigenios se inspiró
en el permanente contacto con los hierros ardientes y con la esperanza infinita
de llegar algún día a tener una institución prestigiosa, como es hoy” [1].
En
el caso de Talleres no existía vinculación alguna con el estudiantado, por el
contrario, éstos eran los rivales de siempre de sus “padres deportivos”. Se
trató entonces, de un club de obreros, de aquellos obreros que con sus
vestimentas marrones conquistaron en el tiempo el mote, entre lo cariñoso y lo
despectivo, de: “catangos”. No por ser de menor calidad educativa iban a ser
menos en las lides deportivas, por el contrario se desenvolvieron con
hidalguía, aunque con magros resultados deportivos en sus primeros años.
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